mi música

Algo sobre mi

Algo sobre mi:

En lo que yo soy ahora han influido tanto las circunstancias de mi vida, como las personas que han desfilado por ella.


Entre las personas, los primeros mis padres. Mi padre, que por desgracia ya no vive, es la persona más honrada, justa y responsable que he conocido. Parece un tópico, sobre todo porque ya no esta, pero es la realidad, jamás le vi apartarse de lo que era correcto y repito honrado.

Mi madre, pues parecida a mi padre, una persona íntegra y con infinito espíritu de sacrificio hacia los demás y una sensatez y sensibilidad que hace que sea imprescindible pilar de la familia.

Mis hermanos, cuatro, todos chicos, bueno como es normal tenemos nuestros mas y nuestros menos, pero en general nunca llegó la sangre al río y sé que detrás de mi están todos, los cuatro para recogerme si caigo. Y lo mismo para cada uno, siempre estamos, incluso antes de que se nos llame.

Y una tía que es casi mi segunda madre.

Y después mis amigas, las que conservo desde que tenía 11 meses (si, meses) que fue cuando llegamos al barrio de Madrid, allá por los años... me cuesta decir mi edad, no es que me sienta mayor, pero si digo la edad lo voy a parecer.

Y ya solo quedaría nombrar el resto de personas que he ido conociendo y que casi todas han sido buenas y han dejado una imborrable huella dentro de mi. (las menos buenas también dejaron huella, por desgracia)

Me queda por mencionar a mi propia familia, quiero decir la que creé yo misma junto a mi marido, y se compone, de momento de él y mis dos hijos. Digo de momento porque ellos están ya en edad de empezar a vivir su propia vida,el mayor hace tiempo que la comparte con alguien, aunque todavía vive en casa con nosotros y la pequeña ya tiene también un proyecto (y que pena me da que se hagan tan mayores). Pero todo forma parte de un ciclo, que es el de nuestra existencia.

Y a esto añadiremos lo que tengo propiamente mío, que algo habrá también, aunque soy bastante simple e influenciable, con lo cual me acoplo a casi todas las situaciones y no me ha ido mal de esta manera.

Si habéis aguantado este pequeño tostón y os quedan ganas podéis leer algo de lo que escribo, que es como yo sencillo y simple.

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POR FAVOR NO OLVIDES NUNCA DEFENDER LOS DERECHOS HUMANOS

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DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER

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8 de Marzo: LAS MUJERES MOVEMOS EL MUNDO.

Mi otro blog

Mis libros preferidos.

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Este blog tiene otra página con los libros que me gustan o voy leyendo este año.

viernes, 23 de enero de 2015

Bruma azul

     Montaba en bicicleta un soleado jueves de junio. Adelantó a una pareja y a cinco chavales que corrían tras un balón. En la pradera cuajada de vida ella pedaleaba hasta su muerte.

      Cayó pesadamente golpeándose con una enorme piedra.
Una bruma azul la rodeó y una preciosa luz brillante la llamaba.
Pero alguien voló a su lado, limpió las briznas de hierba mezcladas con su sangre envolviéndola en un amoroso abrazo. Acunándola. Curándola.
Un, dos, tres y una palmada la trajeron de nuevo a la realidad.
Impaciente escuchó al terapeuta.
— Nada, tampoco esta vez llegaste a ver a tu ángel.





Asun ©17 de enero de 2015
Imagen de la red.

martes, 20 de enero de 2015

Te doy mi corazón

 “Usted es el primero que la abre” 

Se estremeció al oír la voz a su espalda. Era Juan, el anciano que parecía pertenecer a la casa, casi tanto como las paredes, las puertas o el mismo tejado. El conocía mejor que nadie la historia de su familia.  Desde que era capaz de recordar, siempre había estado allí. “Era de ella”, volvió a decir Juan.

Cerró la caja. Demasiado impresionado y demasiado tarde para arrepentirse. Ya nunca olvidaría aquella imagen, esa especie de víscera carcomida por los años. Junto a ella una nota de pulcra caligrafía, casi infantil.
Te doy mi corazón.
                                                      Amelia.






Asun©14 de enero de 2015-01-20
imagen recogida en la red

martes, 6 de enero de 2015

Renacer en Primavera-

 Nunca pensé que me sentiría bien después de decidirte  adiós. Estoy en este magnífico jardín, el mismo al que me trajiste en nuestra primera cita. Elegiste bien y me engañaste. Te metiste dentro de mi corazón, como el olor suave y fresco de la lavanda se metía en mis pulmones. Pero nada era verdad, ni tu adorabas este sitio, ni me adorabas a mí.
      Ahora es otoño,  el jardín está un poquito más desnudo y mi corazón también.  Él  ha perdido las hojas muertas. Yo te he perdido a ti, un peso muerto.

 Pero ambos renaceremos de nuevo en primavera.





La primavera (Sandro Botticelli)



Asun©3 de enero de 2015

martes, 23 de diciembre de 2014

Me gusta la Navidad

E
ntramos en las últimas semanas del año. Entre música de campanillas, y árboles florecidos de luces. 
Y frío.

Me gusta ver la ilusión en los ojos de los niños. Me gusta ver la esperanza en los ojos de los padres. Me gusta el esfuerzo por quererse un poco más de los hermanos.

Me emociono con las historias de familias que superan malas rachas y hacen lo imposible por tener una cena especial.

Me emociono con la solidaridad de los que están un poquito mejor y comparten alguno de sus manjares.


Y me ilusiona pensar que la humanidad aún tiene mucho que decir y hacer, y todo es posible.

¿Verdad que todo es posible?






Asun©12 de diciembre de 2014

martes, 9 de diciembre de 2014

Marianita, la blanca.

Marianita, la blanca, estaba a un paso de arder en la hoguera.
Al filo de las doce de la noche del último día del año, con la última campanada del reloj de la catedral, comenzaría la danza del fuego.
Quizá su destino estuvo escrito el mismo día en que nació.
Demasiado blanca para su clase. Delicada y dulce hasta desesperar. El amo dudó de su paternidad. Semejante birria de niña no podía ser de su cosecha, aunque tampoco parecía hija de esa poderosa jaca que era la Mariana.

Marianita creció a golpes, porque el amo cerraba los ojos para no ver su fragilidad y la trataba peor que al resto de sus criados. Ella etérea y liviana lo resistía todo.

A los 15 años era hermosa, su tez no se había oscurecido un ápice y su cuerpo aunque  menudo, tenía  proporciones justas para enloquecer.
El amo perdió la compostura por ella y su hijo Rodrigo, perdió mucho más, el entendimiento entero.

¡Bruja! Acusaron públicamente. ¡Bruja! La niña era capaz de arrebatar almas y conciencias, guiada sin duda por el maligno. Así resolvieron tan incómoda situación.

31 de diciembre, noche cerrada.
Marianita, la blanca, daba su último paso hacia la hoguera.

  

Asun©9 de diciembre de 2014

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Imagen de la red

lunes, 1 de diciembre de 2014

El reloj



Miró embelesada el reloj de esfera ovalada, los números romanos de trazo fino y elegante. Estaba segura de haberlo visto anteriormente. Estudió a su dueño, llevaba varias semanas coincidiendo con él cuando salía a tomar café en la pausa del trabajo.
Esa mañana como si el verse a diario le hubiera hecho ganar cierta confianza, se acercó y le dijo:

— Lleva usted un reloj precioso.
— Es muy antiguo, herencia familiar. Usted también tiene un lunar muy llamativo junto a su boca.

Sin saber por qué al escucharle un escalofrío la recorrió como un látigo.
Aquella tarde, cuando volvía a casa, el peso invisible de una mirada la hizo volverse. No había nadie, salvo una persona que doblaba con prisa la esquina. Alcanzó a ver unos zapatos de lustroso charol negro.
Entonces encajó todas las piezas, los mocasines, el reloj, y la voz melosa. Recordó el atraco que presenció hacía años, ese hombre era el encapuchado que mató a sangre fría a tres personas delante de ella. Instintivamente se llevó la mano a su lunar, con la certeza de que él también había hecho su puzle.



Asun, octubre 2014

martes, 4 de noviembre de 2014

La fotografía

     Un nerviosismo imposible de controlar se apoderó de mí. Estaba leyendo un artículo en el suplemento semanal del periódico, sin prestarle mucha atención, hasta que al pasar distraídamente una página apareció aquella  fotografía.
El reportaje hacía referencia al centenario del que hablaban en todos los medios. Vistosos salones de un lujo imposible que hacían gala de la más ostentosa decoración, de la que los ricos de principios del siglo XX gustaban de rodearse.
    Allí estaba, nítidamente la imagen de una cafetería. No cabía duda, era el mismo lugar de la única foto que conservo de mi abuelo.  Uno de sus socios ingleses se la envió a mi padre y nunca supinos donde estaba tomada. Creyendo erróneamente que era la terraza  de algún  café de Inglaterra, donde él se encontraba a causa de sus negocios.

Y de donde nunca regresó, sin que nadie supiera porqué… hasta ahora.

De repente todo cobraba sentido, la anotación desteñida del reverso, Tntnc, 115 cabin, April 1912 


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Asun©04/11/14

martes, 14 de octubre de 2014

Mar de polvo cósmico.

Cuaderno de bitácora, fecha estelar 2014-10-14.
Después de atravesar un mar de polvo cósmico, la nave Enterprise de la Flota Estelar de la Federación Unida de Planetas avanza hacia una masa indeterminada envuelta en una nebulosa azulada.
El capitán contempla la imagen tras la cristalera del puente de mando.
— ¿Qué cree que habrá detrás de esa neblina azul, capitán Kirk?
— ¿Quién puede saberlo? esperemos a que vuelva la patrulla de reconocimiento.
— ¿Es cierto que nuestros mapas no muestran nada en este cuadrante espacial?
— Veo que mi tripulación no pierde el tiempo. Es cierto, nada debería haber entorpecido nuestro navegar en estas coordenadas.
Una alarma de sonido estridente interrumpe la conversación. Los tripulantes de la nave que acababa de regresar hacen su entrada de modo atropellado.
— Capitán, capitán— el hombre que habla cae pesadamente a los pies de su superior.
— ¿Pero qué es esto? Doctor McCoy, es una suerte que se encuentre aquí, díganos ¿qué le ocurre al ingeniero Scotty?
Todos quedan quietos, como suspendidos en el tiempo.

— Toma válida, muy bien chicos, lo dejamos aquí. Gracias a todos. Mañana a la misma hora. Y mucho cuidado con los trajes, son una reliquia de museo. Señor Spock, a ver esas orejas…

Asun©14/10/14
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lunes, 6 de octubre de 2014

La ruina

       Hoy parece que ella tiene la voz todavía más dulce que ayer. Por eso la contraté, su musicalidad podría amansar a las fieras. Y así ha sido.
Los tigres forman filas indias para recibir su comida, guardando riguroso turno. Los leones usan champús y mascarillas para su melena. Las jirafas lucen originales gargantillas o collares de bisutería, según la ocasión y día. Las cabras montesas tienen sumo cuidado con sus brincos, no vaya a saltárseles el esmalte de sus pezuñas. Las focas y leones marinos emiten finos grititos muy entonados.
 Ella está feliz, cual Blanca Nieves trotando por el bosque. Pero a mí me ha arruinado la vida y el zoo.
Asun©30/09/14

sábado, 20 de septiembre de 2014

La chistera

Como un bigote a lo antiguo, debajo de la nariz,  por más que me esfuerce es lo único que recuerdo de él. Yo iba como siempre con paso acelerado, no sé andar de otra manera, di la vuelta a la esquina y chocamos. 
Fue como chocar con un muro y el buen señor no hizo ademán de ayudarme, ni pedir disculpas. Cuando recuperé el equilibrio ya había desaparecido.  
Solo quedaba esto en medio de la acera. Aquí se lo dejo señor comisario, tenga cuidado no le dé la vuelta a la chistera, que ya tiene por lo menos 25 conejos saltando en la sala de espera.



Asun©11/09/14

jueves, 11 de septiembre de 2014

20 pares de pies

20 pares de pies, veinte pares de talones y no sé ni calcular cuantísimos dedos. Bueno  deditos, que son tan pequeños, tan gorditos, tan tiernos…

Y tan impacientes ¡qué razón tenías! Cuando me dijiste “mira que aunque te gusten los niños, esto es una batalla”. Hoy yo te diría que más que una batalla ¡es un castigo! Pero un castigo tan llevadero que  no podría vivir sin él.

Ya he sacado los correspondientes calcetines, desabrochado todos los botones, bajado pantalones, quitado camisetas y ajustado los bañadores.

Ahora toca poner los gorros, mira que son antipáticos estos gorros de silicona, menos mal que con los polvos de talco es más sencillo, y aún así hay, tirones, gritos y llantos. Llevan razón no puedo evitar que se les enganche el pelo y que sus ojos parezcan todavía más rasgados.

Ya están listos.

Como siempre, digo:  “¡Ale a nadar! Pasadlo bien y tened mucho cuidado. Hasta mañana niños”.

Y todos, uno por uno, me dan un besito, por cierto, bien babeado. Ellos son así todo cariño y les gusta demostrarlo. ¿Será ese cromosoma demás, ese que los tiene marcados?

Los miro embobada, hoy mi “batalla” con ellos ha terminado.

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Asun©9 de septiembre de 2014

martes, 9 de septiembre de 2014

Impresionante mujer

Ella no tiene habilidad ninguna para recogerse el pelo, por ello lo lleva siempre suelto. Tampoco tiene arte con la paleta de colores de su maquillaje, así sus ojos y mejillas lucen sin artificio. Su indumentaria es sencilla, no tiene ella tiempo que perder en combinaciones extrañas. Los perfumes le resultan pesados o empalagosos, no quiere más aroma que el de la limpieza y esa lavanda que impregna su casa entera.
Pero todos se vuelven a su paso, envidian su melena libre y sedosa, su cara reflejo de un corazón puro, su vestir siempre adecuado y su aroma a seguridad y armonía.


Asun©02/09/14

domingo, 17 de agosto de 2014

Nana para Amanecer

Duerme mi luna,
Duerme mi estrella,
Que yo te velaré.
  Eres la niña más bella,
 Eres mi Amanecer.
Tengo 45 años, y me he acostumbrado a cierta soledad. He alquilado una casa perfecta para pasar este verano.  Por el día se observa un delicioso mosaico de amarillos y ocres. En el ocaso las estrellas acuden a saludarme capitaneadas por una luna  que susurra misteriosas leyendas.
Tengo un único vecino, un anciano que ha resultado ser un pozo de sabiduría y serenidad. Al anochecer me obsequia con alguna hortaliza y unas charlas impagables.
Como cada noche espero su visita. Sin embargo el que llega es su hijo. Le he visto ocasionalmente, siempre discutiendo con su padre, algo bebido. Como hoy. Se abalanza sobre mí  sin mediar palabra, con una mano me agarra fuertemente y la otra… la otra profana sin reparo.
Estoy tendida en el suelo. Sucia, dolorida. Violada. La luna me contempla entre lágrimas de sangre. El amanecer me rescata.
Durante nueve lunas he revivido ese momento. Maldito.
Hoy la luna vuelve a contemplarme, borrando para siempre aquel miserable encuentro. El alba me rescata de nuevo, cantando una nana por tu nacimiento.
Duerme mi luna,
duerme mi estrella…

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Asun ©17 de agosto de 2014
Imagen recogida en la red.


jueves, 17 de julio de 2014

Alex Darío


¿Te gusta leer? A mí me encanta.
— Si, me leo todo, cualquier cosa que caiga en mis manos.
Era cierto, estaba ojeando el primer libro que cayó en mis manos, todo por acercarme a ella. Pero no recordaba cuál era el último libro que había empezado, y menos cuál fui capaz de leer entero.
— ¿Conoces a Alex Darío?
No respondí inmediatamente, decir que sí era arriesgado, pero no podía decir que no.
— Si claro.
— ¿A que no es para tanto?
— No, claro que no, es de lo más normal.
— ¿Tu crees? Pues ya ves las ventas que tiene.
— Precisamente lo comercial no tiene nada de literario.
— Puede ser, quizá ha aprovechado el tirón de la literatura fantástica juvenil.
— Sin duda, ahora los jóvenes leen cualquier cosa, con tal de que transcurra en un mundo de fantasía y romanticismo, y no digamos si intervienen varitas mágicas.
— O colmillos. Pero Alex, aún ha ido más allá.
— Si, basura todo. Y lo de Alex  igual, sin remedio.
Admiré lo bien que estaba quedando, inventando mis respuestas.
— Oye, me tengo que ir. Me ha gustado hablar contigo, ¿te llamas?
— Pablo Gómez ¿y tú?
— Alexandra, pero me conoce casi todo el mundo por Alex, Alex Darío.






Asun®3 de abril de 2014

miércoles, 2 de julio de 2014

La cita

Acepté la cita más extraña que nunca hubiera imaginado.
Pero todo era extraño en mi vida desde el día anterior.
 — Hay dolencias y  lesiones que no muestran cara alguna hasta que esa cara es muy, muy fea, espantosa.
Era una bonita forma de decirlo, aunque no restaba dramatismo, mi madre acababa de sufrir un infarto, estaba muy grave. No me había dado cuenta hasta entonces de lo reducido de mi mundo, mi madre y yo.
Y ahora Anselmo.
Fui a la cita. Quité el contacto del coche echando un largo vistazo al lugar en que me encontraba. Un típico hotel de carretera. No había estado en ninguno e inevitablemente lo asocié a los sórdidos relatos de novela negra.
Me abrí paso hasta un pequeño mostrador de recepción. Un hombre de mediana edad me indicó la habitación donde él me esperaba.
Tras unos toques leves en la puerta me llegó el eco de unos pasos y finalmente se abrió. Al verle comprendí la dimensión de la palabra “padre”. Pensé que todo era una confusión, seguramente no dijo  ser “mi padre Anselmo” sino “el padre Anselmo”.

—Pasa... hija, sí, soy tu padre. Y también el padre Anselmo, prelado doméstico de su santidad.

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 Asun©2de julio de 2014
Ilustración Petra Acero

domingo, 29 de junio de 2014

Adivinanza






Todos ansían poseerla,
es el valor más cotizado.
No es la riqueza, dime
 ¿Tú la has encontrado?



(Dadicilefal)

Asun®29 de junio de 2014
ilustración Asunción Buendía

martes, 24 de junio de 2014

Recepción Real

Luego, si se fijan, acaban arrancando esa hilacha de su pantalón. Y todos se fijaban, ya que al llegar a la recepción ya llevaba media pantorrilla al aire. Mientras la reina cumplía con el protocolo de saludar a dos o tres personas del “pueblo llano”.
Una rata de alcantarilla bailando claqué encima de la mesa presidencial de un banquete de bodas, no se habría sentido tan fuera de lugar como él, en aquél momento.
Su graciosa majestad le ofrecía su mano y su mejor sonrisa. Él le ofreció su medio pantalón y su mejor reverencia.




 Asun©20/06/14


imagen de la red

lunes, 16 de junio de 2014

Se vende (un hermano)- Los cuentos del pan IV

     Nieves limpiaba afanosamente los cristales de la panadería. Los primeros días de la primavera habían traído la alegría del sol. Pero con tanta luz también se hacían más visibles las motas de polvo, las salpicaduras de las lluvias pasadas y sobre todo las huellas de los deditos de sus jóvenes amigos, los niños.
     Desde dentro, desde afuera, desde abajo y desde arriba Nieves miraba orgullosa sus puertas, había dejado unas cristaleras impecables.
De repente empezó a escuchar un torbellino de voces que se acercaba rápidamente, pasaban unos minutos de las cinco de la tarde.
Nerea y sus compañeros acababan de salir del colegio. Poco iba a durar su limpieza. Nerea entró como una bala, no sin antes dejar su huella completa justo en el lugar más visible. Un suspiro escapó de la boca de Nieves, a la vez que saludaba:

—Hola preciosa, umm ¿qué te ocurre?

La niña resultaba más transparente que sus propios cristales y estaba claro que hoy le ocurría algo y al parecer grave. Sin decir nada se sentó en el rincón donde compartían muchas tardes merendando y jugando con otros niños.
Un momento después entraba su madre, resoplando como de costumbre, cansada pero con una alegría especial en la cara, contrastando con su enfurruñada hija.
— Buenas tardes, ¿ocurre algo? —preguntó señalando a la niña.
— Hola Nieves. No, bueno sí. Tengo una noticia estupenda, estamos contentísimos.
— Pues Nerea no lo parece, la verdad.
— Efectivamente, pero ya se hará a la idea. ¡Estoy embarazada!
— ¡Enhorabuena!

Nieves salió de su mostrador para dar un abrazo y un beso a la mamá. Se separaron repentinamente asustadas por un ruido grande. La silla donde se sentaba Nerea rodaba por el suelo, y la niña también.

— Pero hija! ¿Qué ha pasado? ¿Estás bien cariño?

La niña estaba bien, Nieves sospechaba que lo único que tenía herido era su corazoncito. La llegada de ese hermanito estaba haciendo tambalearse mucho más que una silla para Nerea.

 — Te la iba a dejar un ratito, pero no se qué hacer— comenzó a decir la mamá, con la niña agarrada a sus piernas, en clara actitud mimosa y lloriqueando.
Vete tranquila, Nerea y yo estaremos bien. Prepararé una buena merienda, no hay nada que un buen cacao no pueda calmar.

Madre e hija se separaron y de mala gana la niña se volvió a acomodar en la silla, con los codos encima de la mesa sujetando su cabecita y con el gesto de nuevo torcido.
Sin prisa cogió dos tazas, buscó el bote del cacao y la leche. Despachó a un par de clientas, lo cual le dio un poco más de margen para pensar en el enfoque que daría a la conversación que tendría con la niña.
Se le partía el corazón al verla tan desolada, sobre todo porque estaba segura de que en unos días la vería saltar de entusiasmo e impaciencia por la llegada de  ese hermanito. Conocía muy bien a la niña, la sabía generosa, de corazón limpio y abierto. Era sensible y tenía una bondad natural. Pero claro, ahora se enfrentaba a un cambio demasiado grande, el más grande que hubiera imaginado. Un nuevo habitante en su universo, otro actor que amenazaba con quitarle su papel protagonista y que podía tener mayor éxito que ella.

— Nerea, no te alegras de tener un hermanito?
— Pues no. No sé porqué tú te has alegrado tanto.
— Bueno no creas, estaba disimulando. Tampoco me hace tanta gracia.
— A ti te da igual porque no va a vivir en tu casa, ni te romperá tus cosas ni…
— Uy calla, no me da igual. Porque yo lo paso muy bien contigo y tus amiguitos. Y a lo mejor al hermanito nuevo no le gusta venir aquí.
— Entonces, ¿tú tampoco le quieres?
— Digamos que todavía no le quiero. Habrá que esperar a que nazca y ver como es. Tú puedes hacer igual, esperar a ver como se porta cuando venga.
— Será feísimo y llorón, como todos los bebés.
— Seguro que sí. Yo creo que lo mejor será que no le hagamos caso. Cuando venga aquí, no le prepararé un cacao calentito en el invierno. No le daré mis ricas magdalenas y por supuesto no jugaremos con él. Lo dejamos en un rincón y si llora, que llore.
— Y si es una niña?
— Igual, no le hacemos ni caso.
— ¿Y si nos molesta de todas maneras?
— Podemos poner un anuncio.
— ¿Un anuncio?
— Si Nerea, no te acuerdas del cartel que pusimos para vender la bici del vecino de arriba. En seguida la compraron.
— ¿Vendemos a mi hermanito?

Nieves ponía cara de estar muy segura y de desprecio y Nerea cada vez más ponía cara de pena y de horror ante la idea de deshacerse de su hermanito o hermanita.
La panadera estaba satisfecha porque estaba consiguiendo su objetivo, como era de esperar la niña estaba recapacitando.

— ¡Pero cómo vamos a venderlo! ¿Es que tu no lo quieres nada de nada?— preguntó finalmente Nerea, casi llorando.
— Si yo lo quiero mucho, pero a ti te quiero desde antes que a él, y te quiero tanto que estoy dispuesta a hacer lo que sea. Pero si lo has pensado mejor, nos lo podemos quedar.
— Lo he pensado mejor. No lo vendemos.
— Me alegro, porque la mayoría de las veces los hermanos pequeños son muy divertidos. Hacen todo lo que les dicen sus hermanos mayores porque los quieren más que a nadie en el mundo. Los hermanos mayores son siempre los héroes de los hermanos pequeños.
— ¿Si? ¿Seguro?
—Segurísimo.

Nerea lucía ya su sonrisa más preciosa, la que iluminaba su cara y a todo el que estuviera a su alrededor. Resultaba tan encantadoramente inocente, que conmovía mirarla.

— Mira, ya vuelve tu mamá.

La niña se levantó de un salto y corrió a la puerta.

— ¡Mami! ¿Sabes qué? Estoy deseando que llegue el hermanito.
— Ummm

Nieves y la mamá se miraron, la una satisfecha y la otra extrañada, pero feliz.

Ni me mires, ni me preguntes— dijo Nieves— yo no he hecho nada de nada.
— Mil gracias, eres un cielo, a veces me pienso que eres mi ángel de la guarda, bueno el mío y el de Nerea.

La niña ya había recogido su mochila escolar, y estaba dispuesta a irse con su mamá. Puso la mejilla al pasar por su lado, y Nieves depositó un sonoro beso en ella. Mientras ponía otro beso en la palma de la mano y lo mandaba con un soplido a la radiante mamá.






Asun©15/06/14

viernes, 6 de junio de 2014

Maze models agency

 No aceptes.
Se volvió dando un respingo y con la sorpresa dibujada en su cara, los ojos abiertos de par en par.
¿Perdón?
Todavía se notaba las mejillas arreboladas y la voz temblorosa. Todo había salido bien, el casting había terminado y el puesto era suyo.
Había escuchado en cinco minutos más elogios, aplausos, sonrisas y palabras envolventes que en toda su vida. Se había sentido flotar, y aún lo estaba haciendo, tenía la sensación de estar a muchos metros por encima del suelo.
Las últimas caras que se veían en portadas habían salido de esta agencia y ahora él  podía ser una de ellas.
Sólo le pareció un poco extraña la urgencia por firmar el contrato, pero claro el primer desfile era al día siguiente. Antes de poner su nombre al final de la ansiada página,  pidió ir al cuarto de baño, necesitaba respirar un poco de aire fresco.
Y allí en el reflejo de la enorme luna de espejo, el representante de los modelos y jurado de las pruebas,  le decía:


– No aceptes, te meterás en el laberinto y créeme, tú no eres Teseo.


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Asun©06/06/14

Imagen tomada de la red

miércoles, 4 de junio de 2014

El señor Paco


“Mucho me temo que vienen a rescatarme” pensó el señor Paco. No le había servido de nada cambiar de sitio sus cartones y escasas pertenencias. Aquella mocosa de mirada de ángel, manos suaves y patas flacas como las de una cigüeña, le había vuelto a descubrir.
— Hola grandullón, te vamos a llevar a un sitio muy guay, que  hace un frío de narices.
— ¡Quita niña! No fastidies.
Luna cogió una caja y unos plásticos, los colocó al lado de Paco. Se arropó con una manta y despidió a sus colegas.
 — ¿Pero qué haces?
— Venga tío ¿echamos unas cartas? Tenemos toda la noche por delante.

 Asun©30 de mayo de 2014
(imagen de la red)