Esta semana con motivo del día
internacional de las Personas Sordas, el 25 de septiembre, he recordado y
sentido ansiedad al pensar en:
Otra de las cosas que no puedo
quedarme sin aprender es el lenguaje de signos, llevo años mostrando interés
por este colectivo, y aún no he visto cumplido este deseo.
Me parece algo mágico contemplar
una conversación entre dos o más personas que se comunican en lengua de signos.
Yo la verdad le veo muchas más
ventajas que inconvenientes. Lo comprobé un año en el que momentáneamente fui
muda.
Desarrollé mi propio lenguaje de
signos con mi marido e hijos, y tengo que reconocer que estos últimos me
obedecían más instantáneamente que cuando les soltaba cuatro gritos. Y además a
distancia, simplemente con tener contacto visual, les decía todo,
independientemente de que se encontraran muy lejos, o hubiera especial ruido en
el ambiente. Y con la ventaja de que nadie más sabía lo que nos estábamos
diciendo.
A mí me encantó la experiencia,
por eso estoy deseando cumplir este sueño: aprender el auténtico LENGUAJE DE
SIGNOS.
®Asun 29 de septiembre de 2012