A
grandes zancadas sobre las olas, surco las aguas. No imaginaba que deslizarse fuera
tan sencillo. Si pareciera que me sale de natural. Que recuerde, nunca sentí
especial inclinación por el agua. Y menos por esta,
¿Por qué estará tan salada? Tampoco
recuerdo que familiares míos hayan sentido tal inclinación a surcar las aguas.
Bien es verdad que yo recordar, recuerdo más bien poco. No sé ni cómo he
llegado a esta preciosa bahía.
Más, heme aquí jugando con blancas
espumas. ¡Cielo santo! Si hasta diría que respiro bajo el agua… esto es un poco
surrealista, ahora me he topado con un aperitivo, exquisito…
- Tira, tira, que este ha picado. ¡Y es un ejemplar magnífico!
Asun® 26de septiembre de 2013