- Sube que te llevo a casa.
- Si hombre, que te has creído tu
eso.
Pero me monté, en realidad estaba deseándolo
desde hacía tiempo.
Cerré los ojos un instante
mientras pensaba que si me viera mi padre me mataba. Y si me viera mi madre se
moría. Asique solo me queda esperar que
ninguno de los dos se enterara de que estaba aquí. Abrazada a este chico, a su
espalda, puede que mas pegada a él de lo que sería necesario. Y sintiendo el
viento que se lleva mi pelo hacia atrás, y que mis piernas se comían todo el
sol del atardecer y eran la envidia de los que se cruzaban con nosotros en la
carretera.
Me pareció que si aquello no era la
felicidad, tenía que estar muy cerca.
Pero como todo lo bueno y maravilloso,
este instante no duró más que lo que un municipal tardó en hacernos bajar,
echarnos una bronca de cojones, y llamar a nuestros padres para que pagaran el
multazo que nos acababan de meter y nos llevaran a casa, mientras ellos
inmovilizaban la moto allí mismo, por no llevar casco, ni papeles, ni carnet de
conducir ni siquiera el DNI, ninguno de los dos, siendo además menores.
Cuando mi padre llegó se me caía la cara
de vergüenza, y sobre todo porque llevaba razón cuando me decía que estaba loca
y que nos podíamos haber matado a semejante velocidad, sin casco y mirando mi
pantaloncito que a duras penas me tapaba un poco más que el culete, no hacía más
que repetir, y tu así, así… sin acabar la frase.
Me prometí que jamás volvería a
subir en la moto con ese tontaina.
- Subes?
- Tu eres tonto, o eres tonto?
Pero después de mirarle y ver cómo
me sonreía, cerré los ojos y subí, al menos hoy llevaba pantalón largo…
Asun® 5 de Julio de 2012