— Buenos días señor Don 2014, y
ante todo muchas gracias por atender mi llamada y acceder a esta fabulosa
entrevista.
— De nada Asun, sabes que siempre
estoy a tu lado, y no tiene nada de fabuloso hablar conmigo. No era tan
difícil, yo estoy cerca del mar, o en el silencio de las montañas. En la cocina
de tu casa, o en este andén del metro de Madrid, donde casi siempre encuentras
tu inspiración. En todo caso el agradecido soy yo, de hecho hasta ahora nadie me había preguntado
nada.
— Pues si le parece vamos a
empezar. Señor 2014 ¿piensa usted ser un buen año?
— Querida, tengo que corregirte y
lo hago con todo el cariño, créeme. Tengo que decirte que no soy propiamente el
año 2014, simplemente soy “tiempo”, esas divisiones que siempre os han
preocupado para medirme, son solo inventos vuestros. Y respecto a si voy a ser
bueno o no, he de decir que solo soy tiempo y no tengo ningún poder de decisión
ni de acción, solo transcurro. Y además debo recordarte que transcurro también
para todo el resto de cosas o criaturas que coexisten con vosotros. Aunque los
humanos que sois egocéntricos por naturaleza, creáis que sois los únicos protagonistas.
— Así que si lo de los años es un
invento nuestro, no hay ni un año ni otro. Entonces eso de esperar que el Año
Nuevo cambie nuestras vidas, el “año nuevo, vida nueva” no existe.
— Claro que no, es solo una más
de vuestras ilusiones. Si queréis un cambio, lo tenéis que hacer vosotros,
porque sois los mismos el día 31 que el día 1. Sois muy complicados, perdéis
demasiados momentos pensando en qué hacer con vuestra vida, en lugar de
simplemente vivirla. Esto no lo hace ningún otro ser vivo. Luego os quejáis de
que se os escapa el tiempo, y la vida es muy corta.
— Es que a veces el tiempo no da de sí
para hacer tanto como tenemos pensado.
— Otro error, no soy yo el que no
es suficiente, yo no soy ni corto ni largo, transcurro siempre igual. Vosotros
tenéis algo maravilloso: vuestra fuerza de voluntad, una fuerza que se transforma
en creación, en proyectos. Pero de nuevo os equivocáis. Cualquier otro ser vivo
es consciente de sus límites y nunca empieza ninguna empresa que no podrá
llevar a término. Vosotros sí, perdéis la perspectiva individual y no sabéis
hasta donde podéis llegar. Esto os hace acometer proyectos imposibles y os
lleva al fracaso. Luego me culpáis a mí, al tiempo, o a otras circunstancias,
pero es el desconocimiento de vosotros mismos, individualmente, lo que hace que
cometáis tantos errores.
— Vaya, parece que estoy frente a
un filósofo, nunca imaginé que fuera usted
tan sabio.
— Y no lo soy, lo que ocurre es
que creéis que yo voy pasando, decís “pasa el tiempo”, pero los que realmente
pasáis, sois vosotros. He visto cómo sois a través de muchas generaciones,
desde el principio.
— Entonces no tengo más remedio
que preguntarle, qué le parece nuestra evolución, y qué cree que pasará en el
futuro.
— ¿De verdad quieres saberlo? En
mi opinión no habéis llegado muy lejos. Creéis que habéis evolucionado mucho,
pero en realidad los primeros moradores sabían más acerca de lo verdaderamente
importante, de vivir la vida. Si la evolución se traduce en mejoras para vivir
más y mejor, creo que una vez más habéis fracasado. Cuanto más tenéis, mas
infelices sois.
— Lo dicho toda una lección. Ha sido una entrevista muy
reveladora e interesante, y tenemos que terminar. Gracias 2014, o perdón,
solamente “tiempo”. Espero volver a tener la oportunidad de dialogar con usted,
porque es un verdadero placer.
— Para mí también, y recuerda que estoy siempre a tu lado,
transcurriendo.
Salvador Dalí ( Óleo 24,1 x 33 cm - 1931 Museum of Modern Art, New York, USA)
Asun©12 de enero de 2014