El amor está en sus manos, en sus
sonrisas, en su cuerpo. Está en ellos por separado, pero juntos, están aún mas
llenos.
Mucha gente los mira, ellos caminan
ajenos, nada les importa, ya no tienen miedo.
Y ¿porqué iban a tenerlo?, si
acaso que lo tengan ellos, los que por decirse a sí mismos “normales” se creen
con mas derecho y gustan de llamarles los del
síndrome de esto, o de aquello.
Al
llegar a la esquina se despiden con un gesto tímido, un abrazo tierno y una
mirada que encierra un te quiero. Quizá mañana ensayarán un torpe beso.
Asun© 20 de junio de 2012