El zoo estaba revolucionado. En el aviario las cotorras parloteaban más deprisa y alto que de costumbre. No daban abasto a repetir las últimas noticias que se estaban sucediendo.
Los monos saltaban velocísimos de un lado a otro, y gritaban de pura indignación Estaban seguros de que cualquiera de ellos habría hecho mejor papel en la realeza que esa pequeña y torpe elefanta. Habrían hecho lo que se esperaba que hicieran, monerías, y jamás hubieran sacado los pies de ese tiesto amado y seguro que eran sus jaulas.
Las rechonchas cebras movían la cabeza de un lado a otro, entonando una letanía de “vayapordios”, “loquehayquever”, “adondevamosallegar”, todo en forma de graciosos relinchos, que en realidad eran pura indignación.
Y todos los animales en general, recordaban el día del nacimiento real, cuando en la rueda de prensaanimal, le preguntaron al orgulloso padre si había nacido una princesa y contestó: “Pueblo mío, animales todos, hoy nos ha nacido UNA ELEFANTA”
Pasados los años, y pasado también el orgullo, la realeza y la elefantía, la mocita eligió entre sus pretendientes. Vino a fijarse en un atlético antílope. Alto y esbelto, ejemplar único, de muy buena planta, pero de muy mala ralea.
En muy poco tiempo esta nueva familia, estuvo muy acomodada, se hizo construir una cuadra nueva, donde no cabía ni una brizna más de heno.
A la vez que en los zoos vecinos empezaba a escasear. Nadie acertaba a explicar semejante fenómeno.
Hasta que un halcón peregrino, peregrinó de un zoo a otro. Y descubrió el percal. Todo lo que faltaba en casa de unos, estaba en casa de los otros, concretamente en la de Dª Elefanta y Don Antílope.
Y por primera vez en la zoohistoria, hubo que juzgar a la familia real, y sentar en la rama de los acusados a una elefanta, y decir que esto era complicado, cae por su propio peso.
El zoo que había tenido la casta más alta y rubia y guapa, de elefantes y elefantas, cayó en desgracia.
La mayoría de los animales ya no quería pertenecer a él. Después de largos y aciagos días se decidió contratar a un cazador, alguien que pusiera orden y devolviera todo el heno sustraído a los zoos vecinos.
No fue fácil, el antílope como era muy rápido se adelantaba al cazador y siempre que podía le ponía la zancadilla. Pero con la ayuda de los astutos zorros, que muy astutamente se pasaron de bando, la cuadra real se fue limpiando de lo que no era suyo.
Y el grueso de los animales que eran de naturaleza bondadosa, una vez apartada la desagradecida pareja, volvieron a aclamar a su viejo y entrañable Rey.
A pesar de que como viejo que era y viejo que estaba, tuvo un lapsus, y había organizado como diversión una cacería, de… elefantes…que dio nuevamente mucho que cotorrear a todas las aves del querido aviario del zoo.
Asun ©4 de octubre de 2013
Un cuento para los que viven del cuento, para quien ha echado un borrón a la historia.
ResponderEliminarHas hecho una buena descripción, casi una crónica,
Saltos y brincos
Ester creo que está bastante claro mi cuento, es una fábula de la vida real, pero de la vida real litralmente hablando, la de nuestros reyes.
EliminarUn abrazo también de saltos y brincos.
Siempre, siempre excelente querida amiga, un honor visitarte.
ResponderEliminarUn beso y feliz fin de semana.
Karla querida, me alegro de que te guste, aunque a ti al no vivir en España te habrá parecido solo un cuento. Pero es algo más, es la crónica social de la familia real española.
EliminarBesos
Asun , me encantó tu metaforica historia....tanto que no he sabido si reir o lamentar...abrazo
ResponderEliminarElba, ríe, ríe, que los que deberían llorar son ellos. Y seguro que lo hacen, porque algo de decencia debe correr por sus venas, no todo va a ser sangre azul...
EliminarUn beso grande.
Se te entiende todo o yo soy un mal pensado.
ResponderEliminarMuy Bueno Asun.
Saludos, manolo
No, no eres muy mal pensado, pero vamos que yo no nombro a nadie, excepto elefantes, elefantas y antílopes muy deportistas.
EliminarBesos, Manolo
Bien pregunto, ¿que zoo has descrito?, claro que es por preguntar es obvio y lo has de hecho de una manera tan genuina y tienes un montón de aplausos lenvantándome del sillón, bravo bravo bravo¡¡¡
ResponderEliminarBesos calidos ♥♥♥
Gracias por los aplausos, los recojo encantada.
EliminarMi zoo es muy conocido como ves.
Besos otoñales.
Y los visitantes del Zoo, es lo único que falta por retratar, ya que estos si los enlazamos con "otros" que pueden tener hasta barba somos los que pagamos las contribuciones para arreglar las cuadras y poner pesebres nuevos. Una buena foto, amiga, un beso.
ResponderEliminarQuerido Tigu, es verdad tenía que haber añadido a los visitantes del zoo, mudos espectadores y sufridores, como nosotros.
EliminarBesos madrileños.
Un bello cuento con moraleja.
ResponderEliminarPues sí, al estilo de las fábulas, que leía yo en mi infancia.
EliminarBesos
Gracias Tracy, me alegro de que te guste.
ResponderEliminarBesos
Hola Asun, que bien llevada la historia, con cuanta maestría defines el caso sin nombrar a nadie pero que todos sabemos quienes son, y desde la silla en la que estoy escribiendote me levanto para darte un aplauso por tan Real historia.
ResponderEliminarBesos con sol.
Puri
Bueno mestría, no diría yo, mas bien con humor, pero es que el caso hay que tomarlo así.
EliminarLo que si me alegro es de que te haya divertido, sacar sonrisas hoy día no tiene precio.
Besos
Qué bien pasar leerte y disfrutar con ello. Magnífico.
ResponderEliminarMuchos besos querida Asun
Gabriel no debemos olvidar el humor, aunque sea un poco negro, como en este caso.
EliminarUn beso grande, y no adivinas con quien estuve paseando ayer, con nuestra amiga de letras Susana, fue estupendo.
Besos.
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ResponderEliminar¡Asun! Te tengo por amiga, no te deseo nada malo, ¿no sabes que la monarquía española es sagrada, por Dios? Cuídate, por favor.
ResponderEliminarAhora en serio: una fábula buena y valiente. ¡Olé!
Un abrazo.
Querido esteban no creo ofender a nadie, es solo la crónica de un zoo, no hablo más que de elefantes y elefantas.
EliminarQuizá debí poner "cualquier parecido con la realidad es... cierto, digo pura coincidencia".
Solo quería quitar un poco de hierro al asunto y hacerlo mas simpático.
Besitos.
Ay, casi lo olvido: Ingeniosamente cariñosos esos globos negros. Muy bien.
ResponderEliminarMe dejó desolada de verdad, noticias así te hacen ver que la vida son de verdad momentos, y que hay que vivir con entusiasmo cada instante, por que la vida es un regalo, aunque en tu post dijeras que los regalos nunca se quitan. Lo que si tengo la sensación es de que siempre se van los mejores.
EliminarBesos de nuevo para ti.
aprecciate ypur blog kisses albert
ResponderEliminarGracias Albert. Saludos
EliminarHola Asun, qué zoo más divertido te has creado, muy agradecidos de que lo compartas con nostros. Genialmente estudiado cada personaje que ocupa el lugar por ti ideado para el, me encanta saber quienes son sin nombrarlos.Es estupendo.
ResponderEliminarUn beso
Rosa.
Pues si, hay que tomar la vida con humor, porque si no sería imposible seguir adelante.
EliminarUn beso para esas tierras gallegas.