Uy!! Casi me pillan. Cada vez es más
difícil hacerlo. Ya me tengo que esconder hasta de mi madre.
Aún recuerdo cuando ella misma me leía
cuentos antes de dormir. Y sus comentarios delante del televisor cuando veíamos
las noticias. Nos hacían mucha gracia sus aspavientos, su indignación tan
espontánea, cada vez que aumentaban las cifras de lo sustraído mediante
corruptelas imposibles de asimilar. Y su cara tragicómica al decir que llegaría
el día en que nadie querría estudiar, porque la cultura no serviría para nada.
Y el día llegó, no solo no se estudia, es
que las escuelas y universidades son ya cosa de leyenda. Es difícil encontrar
menores de 10 años que sepan leer y escribir. Claro que también empieza a ser
difícil encontrarlos porque la sanidad después del crac de 2013 se vino abajo y
la mortalidad creció exponencialmente.
Otra vez!! Hoy están especialmente
peligrosos, no sé si voy a poder salvar este libro.
Este microcuento es mi aportación
a la tercera jornada de la convocatoria "La primavera de microrrelatos
indignados 2013".
Asun 16 de mayo de 2013
Hola, Asun.
ResponderEliminarEspero que el crac sea en el 20013 y no en este año.
Estupenda indignación para La primavera. Me gustó mucho, guapa.
Un beso muy grande (con ventosa)
Pues si esperemos que todo se arregle y quien tiene la responsabilidad empiece a ejercerla como es debido.
EliminarNos vemos pronto.
Besos
No se si esperar o perder la esperanza. Como siempre, un placer leerte. Besos.
ResponderEliminarBueno Tigu la esperanza es lo último que se pierde. Me enteré de esta iniciativa y quise contribuir con algo.
EliminarBesos también para ti.
oscilo entre ese futuro tan abismal, y la nostalgia del pasado que me provoca el recuerdo de Gilbert O`Sullivan en tu blog.
ResponderEliminarA ver si encuentro el presente. Un abrazo
Quédate con el recuerdo, Amando. Elegí ese tema porque también me trae bonitos recuerdos.
EliminarY el futuro quién sabe?, habrá que pensar que lo mejor está siempre por vivir.
Gracias por tu visita.
Un abrazo.