- Sube que te llevo a casa.
- Si hombre, que te has creído tu
eso.
Pero me monté, en realidad estaba deseándolo
desde hacía tiempo.
Cerré los ojos un instante
mientras pensaba que si me viera mi padre me mataba. Y si me viera mi madre se
moría. Asique solo me queda esperar que
ninguno de los dos se enterara de que estaba aquí. Abrazada a este chico, a su
espalda, puede que mas pegada a él de lo que sería necesario. Y sintiendo el
viento que se lleva mi pelo hacia atrás, y que mis piernas se comían todo el
sol del atardecer y eran la envidia de los que se cruzaban con nosotros en la
carretera.
Me pareció que si aquello no era la
felicidad, tenía que estar muy cerca.
Pero como todo lo bueno y maravilloso,
este instante no duró más que lo que un municipal tardó en hacernos bajar,
echarnos una bronca de cojones, y llamar a nuestros padres para que pagaran el
multazo que nos acababan de meter y nos llevaran a casa, mientras ellos
inmovilizaban la moto allí mismo, por no llevar casco, ni papeles, ni carnet de
conducir ni siquiera el DNI, ninguno de los dos, siendo además menores.
Cuando mi padre llegó se me caía la cara
de vergüenza, y sobre todo porque llevaba razón cuando me decía que estaba loca
y que nos podíamos haber matado a semejante velocidad, sin casco y mirando mi
pantaloncito que a duras penas me tapaba un poco más que el culete, no hacía más
que repetir, y tu así, así… sin acabar la frase.
Me prometí que jamás volvería a
subir en la moto con ese tontaina.
- Subes?
- Tu eres tonto, o eres tonto?
Pero después de mirarle y ver cómo
me sonreía, cerré los ojos y subí, al menos hoy llevaba pantalón largo…
Asun® 5 de Julio de 2012
Asun, un bonito relato en que ante una sonrisa tan especial de la persona que quieres, te da todo igual y lo vuelves hacer.
ResponderEliminarGracias por cada relato que nos regalas.
Besos.
Todos hemos hecho alguna tontería así verdad?, porque al final puede resultar mal, y nos podemos arrepentir, pero hay invitaciones irresistibles.
EliminarGracias por tu lectura y cariño
Besos
Hemos cometidos muchas tonterias, a pesar de que nos han advertido de que no estaba bien, pero hemos sido jovenes y las locuras se han amontonado...Pero eso sí, que mis hijos no las hagan...un besote preciosa.
ResponderEliminarHola guapetón, claro que si, cuántas paseos en moto y otras cosas habremos hecho...esa es la sal de la vida, juventud divino tesoro. Aunque luego friamente reconozcamos que eran verdadera locuras.
EliminarY nuestros hijos que ni se les ocurra por su puesto.
Besos.
asun excelente relato. eres muy creativa besos carlos
ResponderEliminarGracias mi gran amigo-seguidor.
ResponderEliminarBesos
La irresponsabilidad de la adolescencia, quien no la ha vivido?
ResponderEliminarEfectivamente, todos hemos sido jóvenes, bueno y que porras aún lo somos o no?
EliminarBesos.
Jajaja! Qué bueno el final... Me recordó a mi adolescencia el relato, la de cosas que he hecho que ahora no haría...
ResponderEliminarMuy bueno
Me alegro de traerte esos recuerdos, y es lo normal, hay que vivir todas las etapas, y hacerlo así intensamente. Aunque ahora en la distancia digo como tu jamás lo haría.
EliminarBesos.