María estaba en el sillón jugando a vestir a sus muñecas. Se trataba de
muñecas de papel, primero las había recortado y luego con mucho cuidado había
recortado también sus vestidos, teniendo en cuenta no estropear esas dos
pestañitas que sobresalían en todos ellos y servían para doblarse por los
hombros y cintura de la silueta de modo que se sujetara y produjera la
sensación de haber cambiado de ropa.
Pero aunque este juego le gustaba
muchísimo, y además hacía sus propios vestidos y conjuntos para toda ocasión
imaginable (su muñeca tenía un equipo de tenis, un vestido para el cole, uno de
domingo, pantalones largos, pantalones cortos, camisones o pijamas, equipación
para esquiar, jerséis, gorros de lana y bufandas a juego, abrigo…) hoy decidió
que ya no jugaría mas con sus recortables.
En su lugar corrió a la cocina y le dijo a
su madre que necesitaba un bolso.
Teniendo en cuenta que María tenía 6 años,
a su madre le impresionó la petición. Pero le hizo gracia su insistencia y
buscó uno de ella misma en el armario.
María lo cogió encantada y se fue de nuevo
al sillón y con el bolso a su lado ocupando el cojín siguiente, comenzó a
simular que conducía.
Su madre que no salía de su asombro, pues
como era natural en los años 60, ellos no tenían ni siquiera coche, y le parecía un tanto insólito que su niña
dejara de lado a sus muñecas para hacer algo propio de un muchacho.
Le preguntó a qué estaba jugando, y ella
dijo:
- No estoy jugando mamá, ya soy
mayor, y voy conduciendo mi coche, que tengo que llegar pronto a mi trabajo en
la oficina.
Asun ®15 de noviembre de 2012
Asun me gusta mucho, tiene un buen final, te deja ahí pensando... Muy bien compañera. Un besooo, Rocío
ResponderEliminarQuerida Rocío, eso quería que nos dejara pensando, porque los niños en sus juegos dicen mucho de lo que quieren ser, aunque luego su vida real no se parezca en nada.
EliminarUn cuento para reflexionar.
Un beso muy grande.
Asun, me encanta llegar a tu casa virtual y disfrutar de todo. Me acuerdo al ver las fotos que has puesto de algunos recuerdos de mi madre como el de la foto y como cambian las cosas.
ResponderEliminarGracias de nuevo por dejarnos estos relatos para el disfrute de los lectores.
Besotes grandotes.
ariel, por edad te corresponde acordarte de estos recortables a través de tu madre, pero yo jugué mucho con ellos, y como en el relato, también me gustaba jugar a conducir e ir al trabajo, siempre con mi bolso al lado.
EliminarBesos
Así es Marta, esta niña seguro que fue de las que despegó para ser algo mas que una bonita mujer.
ResponderEliminarNuestra generación es de aquellas tardes dibujando vestiditos para esas muñecas. Ay! cuánta nostalgia, verdad?
Un beso grande.