En esa casa no vive Mizuki Tanaka, dijo el joven
policía que me interrogaba ¿Cómo que no? Repliqué desesperada. De hecho,
explicó, no vive nadie, está abandonada. No puede ser, yo vivo allí con Mizuki,
pregunten a los vecinos. El agente aseguró que ya lo había hecho y nadie nos
conocía. Pero yo dejé a Mizuki perfectamente cuando me fui a trabajar. Imposible
usted actualmente no tiene ningún empleo. ¿Qué?
Las
paredes del cuarto de interrogatorios parecieron comprimirse hasta
aprisionarme. Vi mi reflejo en el espejo frontal. Grité. Estaba empapada de
sangre, sujetaba en mis manos la fotografía de aquel seductor japonés. Un alfiler atravesaba su corazón.
Asun©19 de mayo de 2016
Imagen tomada de la red.
Seguramente era aquella vida que todo lo perfora. Un bello relato. Un beso Asun
ResponderEliminarGracias Tigu por pasarte. Es un relato del concurso relatos en cadena, donde te dan la frase de inicio.
EliminarBesitos
Hermoso tu relato, me encanto tu blog!!!
ResponderEliminarGracias Demian, un placer.
EliminarHe leído que este relato va a concurso, seguro que sacas muy buena nota, no es fácil escribir (y hacerlo bien) sobre una frase dada. A mi desde luego me ha encantado. Un abrazuco
ResponderEliminarSi es un concurso semanal se llama Relatos en Cadena, pero es muy difícil, yo nunca he tenido éxito. Participo a veces por que me hace no perder el hábito de escribir.
EliminarUn besazo.