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martes, 2 de febrero de 2016

Definitiva morada


     Subir de nuevo a la habitación. No podía evitar subir una y otra vez. Revoloteaba por toda la casa como mariposa en bosque nuevo. Todo le parecía encantador. En la cocina no pasaría mucho tiempo, él sentía sus humos de manera especialmente acusada. El baño, sin embargo, le atraía especialmente. Entre aguas y espumas estaría ella con su espléndida desnudez. El dormitorio sería su refugio, allí velaría el sueño de su elegida y disfrutaría sus vigilias, porque pensaba interrumpir su descanso cuantas veces le fueran propicias. Por fin había encontrado su perfecto hogar, su definitiva morada. Cosa nada fácil para un fantasma ya entrado en milenios.



Asun©20/01/16
imagen de la red.