Páginas

domingo, 12 de enero de 2014

Entrevista al año 2014

— Buenos días señor Don 2014, y ante todo muchas gracias por atender mi llamada y acceder a esta fabulosa entrevista.

— De nada Asun, sabes que siempre estoy a tu lado, y no tiene nada de fabuloso hablar conmigo. No era tan difícil, yo estoy cerca del mar, o en el silencio de las montañas. En la cocina de tu casa, o en este andén del metro de Madrid, donde casi siempre encuentras tu inspiración. En todo caso el agradecido soy yo,  de hecho hasta ahora nadie me había preguntado nada.

— Pues si le parece vamos a empezar. Señor 2014 ¿piensa usted ser un buen año?

— Querida, tengo que corregirte y lo hago con todo el cariño, créeme. Tengo que decirte que no soy propiamente el año 2014, simplemente soy “tiempo”, esas divisiones que siempre os han preocupado para medirme, son solo inventos vuestros. Y respecto a si voy a ser bueno o no, he de decir que solo soy tiempo y no tengo ningún poder de decisión ni de acción, solo transcurro. Y además debo recordarte que transcurro también para todo el resto de cosas o criaturas que coexisten con vosotros. Aunque los humanos que sois egocéntricos por naturaleza, creáis que sois los únicos protagonistas.

— Así que si lo de los años es un invento nuestro, no hay ni un año ni otro. Entonces eso de esperar que el Año Nuevo cambie nuestras vidas, el “año nuevo, vida nueva” no existe.

— Claro que no, es solo una más de vuestras ilusiones. Si queréis un cambio, lo tenéis que hacer vosotros, porque sois los mismos el día 31 que el día 1. Sois muy complicados, perdéis demasiados momentos pensando en qué hacer con vuestra vida, en lugar de simplemente vivirla. Esto no lo hace ningún otro ser vivo. Luego os quejáis de que se os escapa el tiempo, y la vida es muy corta.

— Es que a veces el tiempo no da de sí para hacer tanto como tenemos pensado.

— Otro error, no soy yo el que no es suficiente, yo no soy ni corto ni largo, transcurro siempre igual. Vosotros tenéis algo maravilloso: vuestra fuerza de voluntad, una fuerza que se transforma en creación, en proyectos. Pero de nuevo os equivocáis. Cualquier otro ser vivo es consciente de sus límites y nunca empieza ninguna empresa que no podrá llevar a término. Vosotros sí, perdéis la perspectiva individual y no sabéis hasta donde podéis llegar. Esto os hace acometer proyectos imposibles y os lleva al fracaso. Luego me culpáis a mí, al tiempo, o a otras circunstancias, pero es el desconocimiento de vosotros mismos, individualmente, lo que hace que cometáis tantos errores.

— Vaya, parece que estoy frente a un filósofo, nunca imaginé que fuera usted  tan sabio.

— Y no lo soy, lo que ocurre es que creéis que yo voy pasando, decís “pasa el tiempo”, pero los que realmente pasáis, sois vosotros. He visto cómo sois a través de muchas generaciones, desde el principio.

— Entonces no tengo más remedio que preguntarle, qué le parece nuestra evolución, y qué cree que pasará en el futuro.

— ¿De verdad quieres saberlo? En mi opinión no habéis llegado muy lejos. Creéis que habéis evolucionado mucho, pero en realidad los primeros moradores sabían más acerca de lo verdaderamente importante, de vivir la vida. Si la evolución se traduce en mejoras para vivir más y mejor, creo que una vez más habéis fracasado. Cuanto más tenéis, mas infelices sois.

— Lo dicho toda una lección. Ha sido una entrevista muy reveladora e interesante, y tenemos que terminar. Gracias 2014, o perdón, solamente “tiempo”. Espero volver a tener la oportunidad de dialogar con usted, porque es un verdadero placer.

— Para mí también, y recuerda que estoy siempre a tu lado, transcurriendo.


Salvador Dalí ( Óleo 24,1 x 33 cm - 1931 Museum of Modern Art, New York, USA)




Asun©12 de enero de 2014