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lunes, 11 de marzo de 2013

Viaje maldito



Cuando despertó pensó que estaba en el cielo. Debía de haber dormido mucho, porque se sentía llena de energía, renovada, y feliz. Notó la agradable caricia de una tibia luz en su cara, el sol. Giró la cabeza y vio que los rayos se filtraban entre las finas lamas de la  persiana de una gran ventana.
Abrió los ojos de golpe, no conocía  esa ventana, ni la habitación a la que pertenecía.
Pero era tan confortable la ensoñación que la envolvía, que de nuevo se sumergió en la profundidad calmosa de ese cielo.

Repentinamente apareció una sombra roja. Una llamarada. Todo se dio la vuelta, la tranquilidad se volvió agitación. Veía el mar, pero era un océano enfadado, las olas no eran de agua azul, eran de oscuro fuego rojo.

Ahora pensó que estaba en el infierno. Se quemaba y con ella muchos más.

Recordó un vagón de tren y un  ruido ensordecedor que lo llenó todo.




Se dejó caer de nuevo en la dulzura de otra ensoñación. Alguien con bata blanca le había tomado el brazo y buscando sus venas, introdujo un poco de paz en su cuerpo y su alma, a través de una afilada aguja.



Asun® 19 de enero de 2013

Obligado recuerdo para un 11M