Páginas

miércoles, 27 de febrero de 2013

El mundo de Adán y Eva.



"Aquest és un conte sobre un món feliç, on les persones no han de demostrar res, sinó ser simplement " humanes ": cadascuna aporta a la societat el que està a la mà, d'acord a les seves capacitats, i tant valor té una obra d'enginyeria, com el somriure que et dóna la pau per descansar fins al dia següent.

Este es un cuento sobre un mundo feliz, donde las personas no tienen que demostrar nada, sino ser  simplemente “humanas”: cada una aporta a la sociedad lo que está en su mano, de acuerdo a sus capacidades, y tanto valor tiene una obra de ingeniería, como la sonrisa que te da la paz para descansar hasta el día siguiente.
-----
     Eva vivía en un mundo donde todas las personas eran felices. Pero en su casa además eran muy afortunados. Eva había  tenido la suerte de vivir en una familia donde se sabía lo que era el amor verdadero. Sabían el valor de los gestos sin palabras. Sabían lo que era tener la recompensa de lograr dar un pasito después de mucho y mucho esfuerzo. Compartían la alegría del ver realizar  un pequeño nuevo movimiento. Y tenían siempre la ternura en los ojos, y nunca, nunca tenían que disimular sus sentimientos. Y por eso el resto de la sociedad los cuidaba y apoyaba mucho, en todo lo que necesitaran, porque era un orgullo y un privilegio tenerles como vecinos, y ese tesoro que tenían y era su hermano Adán, no se podía estropear ni perder, a cambio ellos compartían este cariño, con todo el que quisiera acercarse a su casa, pues sus puertas estaban siempre abiertas.

     Sin embargo Eva, aquél día había escuchado algo que no podía sacar de su cabecita. Estuvo pensando en ello mientras comía en el comedor del cole. Mientras dibujaba en clase por la tarde. Mientras corría y se columpiaba en el parque. Volvió a recordarlo cuando acabó los deberes en su cuarto y también cuando papá terminaba de bañarla y mamá hacía la cena que olía tan bien y le hacía desear estar todos juntos sentados en la mesa.
     Había escuchado algo, que supuso era un cuento para niños, una leyenda de miedo, para asustar.
     Escuchó que en otros tiempos, muy, muy lejanos los hombres eran crueles, no respetaban ni a las plantas, ni a los animales, pero lo que menos respetaban era a las personas. A unas determinadas personas a las que llamaban con nombres horribles, que daban miedo como por ejemplo disminuidos, retrasados, lisiados, y muchos más apelativos, todos igual de feos.  Y además los ocultaban como si fueran una vergüenza y solo porque no podían ver o escuchar o andar. O porque vivían como si estuvieran siempre pensando y no tuvieran necesidad de comunicarse con los demás, justamente igual que su hermano Adán. Pero Adán era su alegría, la razón de existir de su familia, y  el orgullo de todos los habitantes de su ciudad.
     Y mientras Eva y su familia cenaban, fueron saliendo de su cabecita, poquito a poco esas feas imágenes, salieron uno a uno aquellos nombres.
     Riéndose con Adán, que no cesaba de moverse de un lado a otro, y a su manera también se reía, olvidó todo lo escuchado porque sencillamente no cabía, ni tenía sentido en su mundo.



Asun ®  11 de noviembre de 2011
Dedicado a mi amigo escritor Gabriel y a su hija Àgatha, con todo el cariño que él sabe que le tengo.