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martes, 13 de noviembre de 2012

Mi columna: Víspera de una Huelga General: España, 13 de noviembre.


España, muestra España, tan querida, y tan maltratada. Maltratada por nosotros mismos, como las mujeres que mueren a manos de sus amantes maridos, novios o amigos, pero nadie se lo explica, porque eran modelos de amor y devoción hacia ellas.
Así, igual, se desangra nuestra España. La adoran, se sacrifican por ella, pero la realidad es que nos engañan, nos humillan, nos roban, y desmantelan lo que tanto nos ha costado conseguir: ese poquito de bienestar social, esa poquita de justicia social.

Por eso, mañana hay una huelga convocada, una huelga general, que quizá no nos podamos permitir, ni individualmente, porque los que trabajamos perderemos el sueldo del día. Y los parados, intentarán paralizar el país, con todo su derecho  a ser escuchados, y con su carga de indignación, que ya rebosa los corazones.
Por eso, algunos haremos la huelga, por lo bueno que tenemos y no queremos perder: el sistema público de salud, la educación pública, por el empleo de nuestros jóvenes, y de aquellos que ya no lo son, pero no son viejos, por nuestros mayores y su merecida jubilación, o por las familias de todo tipo, que tienen derecho a vivir dignamente y en paz.

Por esto y con el desencanto de que no sirva para nada, porque a diario vemos como no existe la justicia, cómo nadie es responsable de sus actos, cómo el esfuerzo y la preparación no tienen ninguna recompensa, y sin embargo se premia la ineptitud y hasta la ilegalidad.

Aún así, y con una expresión muy española: “por vergüenza torera”, yo haré huelga.