Páginas

martes, 3 de julio de 2012

Carta para mi amor

“Carta para mi amor, mi principio y mi fin”

     De repente, te veo aquí en la cocina, preparándome el té y para ti el vaso de leche bien caliente y con miel, de todas las noches. Te miro, te mueves despacio, no tenemos prisa.

     No tenemos prisa, precisamente ahora que tenemos tiempo, que estamos solos, y tenemos la certeza de que nadie va a interrumpirnos, ningún niño llorará para que le saquemos de su pesadilla, ni gritará con impaciente urgencia que tiene sed, ni se asomará apoyado en el quicio de nuestra puerta, en el peor de los momentos imaginables para separar a dos personas que no son dos personas sino una, en una confusión de brazos, piernas y bocas que se buscan, con deseo y devoción.

     Cuántas maldiciones derramadas por ti, y pensadas por mi, en esos momentos, malditos niños, ¡cuándo serán mayores y se irán de casa!

     Y el tiempo detenido, hasta que todo volvía a quedar en silencio, y la magia nos envolvía de nuevo y un roce de pieles hacía volar las manos, que necesitan tocar todo, acariciar, hundir, sentir que ese otro cuerpo está allí, dispuesto para ser principio y fin del otro.

     Y precisamente ahora, los niños se han hecho mayores, y se han ido de casa, y no tenemos prisa.

     Y te sientas a mi lado, y me ofreces mi taza, y me dices: “cuidado que quema mucho” y no te das cuenta de que es lo mismo que me repites cada noche. Y yo te contesto:” Umm, sí, sí, ¡qué rico!” y no me doy cuenta de que es lo mismo que te digo también cada noche.

     Pero te miro, y veo que aunque así en la cocina, y con este repetido gesto frente a mi té y tu frente a tu vaso de leche, la magia nos está envolviendo de nuevo, y está haciendo volar nuestras manos, para rozarse y sentir, así sin prisa, que después de casi medio siglo, nuestros cuerpos siguen siendo principio y fin uno del otro.

      Y solo espero que durante mucho tiempo más, aún con una mirada, sigamos bebiendo del hechizo de sabernos tan dulcemente unidos.


Un infinito beso de tu amor, tu principio y tu fin.

Asun®3 de julio de 2012