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miércoles, 16 de mayo de 2012

Ecos de Lavapies


     La mañana está fresca, es 15 de mayo, y aprovechando que es festivo, he accedido a acompañar a mi tía Amelia, hermana de mi abuelo.
     Hemos vuelto a Lavapies, su barrio de siempre, hasta que vendió su piso en los noventa, y se trasladó al nuestro, pues se hacia mayor y así la teníamos mas cerca.
     Dejamos la plaza y tomamos la calle de la Fe, hacia la iglesia de San Lorenzo, aún recuerdo la imagen imborrable, el pobre santo asándose sin fin en la parrilla, un domingo tras otro, en el fresco del frontal del altar.
    - La gente ha cambiado mucho- comentó ella y en su caminar cansado de 84 años vividos, apenas levanta la vista del suelo- pero las calles son las mismas.
      Porque reconoce los mismos bordillos, los mismos adoquines de la calzada, y los mismos baldosines de las aceras, los que ella recorría alegremente en su juventud, con un taconeo gracioso, que hacia bambolearse su falda en torno a  esas caderas que hacían  mas  rotunda la cintura de avispa de su impecable vestido de domingo.
     Continuamos por Doctor Piga, y encontramos el cierre, viejo y sucio, del local de los fontaneros, sus vecinos y amigos. Allí nos detuvimos. Y apoyadas en su quicio, nos llegaron nítidas el eco de voces de otros tiempos, escenas de ese Madrid castizo, aún mas antiguo que ella misma, y que  a mi me gustaría rescatar del olvido.
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-Buenos días Amelia.
-Con Dios Emilio.
-Ande vas con tanta prisa, cosa guapa.
-Pos donde va ser, a la plaza, por unos limones. Y donde el Paco, por una botella de vino y una gaseosa. Pa que a la tarde te tomes conmigo una buena limoná. Que estás convidao, si se te apetece.
-Gracias rechula, a la tarde voy yo pa las Ventas, pero a la vuelta aquí me ties, como un clavo. Por na me pierdo yo tu limonada. Y luego tenemos que marcarnos un chotís en Argumosa.
-Ea, pos ya está bien de palique, que no ties fin.
-Adios guapaaa!
-Hasta la tarde ¡zalamero!
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Como si las dos hubiéramos escuchado este diálogo, mi tía me preguntó:
-¿te acuerdas de Emilio, el fontanero?

-Estaba pensando en él, siempre me tiraba de las coletas y me manchaba la cara con sus manos sucias de la faena y luego me daba un caramelo de limón.
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Asun© 15 de mayo de 2012